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Pacto de luz y belleza

  • By: Lea A.
  • 17 dic 2017
  • 3 Min. de lectura

Hay un punto en el que extender la vida útil de un objeto se topa con el arte y la impronta de Nadia Rivas. Descubre más sobre Pistacho Deco-Intervenciones, el sello de una emprendedora uruguaya que ama lo que hace y devuelve vida a productos únicos por su trabajo artesanal.

¿Pudo haber adornado uno de los salones del Palacio de Versalles?, quizá. Pero terminó aquí, en Montevideo.

Al estilo Luis XV, retocado y coqueto, muy a tono con el siglo XVIII francés, la silla de esta historia terminó coexistiendo con las tendencias modernas sumadas a otros tres siglos posteriores.

Es cierto que pudo haber quedado obsoleta. Pero el valor que adquirió el objeto por sus años de uso hizo que su nueva heredera insistiera en conservarlo. Esta silla no solo tenía para su dueña un fin funcional, sino que a ella permanecían adheridos recuerdos de familia. ¿Qué hacer?, si también es cierto que desentonaba en cualquier lugar de la casa.

El encargo fue expreso para Nadia Rivas y Pistacho. Con ella, la silla recuperó su esplendor, más allá de la clásica restauración. Nadia interviene las piezas, dejando su impronta en el proceso. Traduce sobre el objetivo nuevos valores estéticos, a tono con la modernidad y tendencias actuales. El resultado de horas hormigueras lijando a mano capa tras capa, es asombroso.

No hace mucho que esta emprendedora uruguaya optó por tener su propia vidriera de productos Pistacho, y a su elección fue Sinergia Design el mejor lugar donde su idea del “reciclaje vintage” tenía mayor sentido de pertenencia.

¿Qué buscas con Pistacho?

Darle una nueva vida a los objetos, incorporándoles un nuevo valor. Por eso más que restauración, prefiero usar el término intervención de muebles. Me preocupa realmente el impacto de lo que hacemos sobre el medio ambiente. Aprovecho la reutilización y trato de generar el menor desperdicio posible.

Nuestra idea es que el cliente se lleve un producto con garantía ilimitada.

Con cada pieza que intervengo genero una conexión. Hay también un halo intuitivo que me rodea y cuando me decido a encarar el trabajo de transformación es porque antes he pensado cómo luciría mejor y me siento conforme con la idea. Incluso ha habido ocasiones en que surge del proceso un mueble con otras funcionalidades, distintas al que llegó a mis manos. Aunque esto tiene mucho que ver con las sugerencias y pedidos de los clientes.

¿Cómo llegan a vos estos muebles?

Los adquiero en remates, algo que además disfruto es esa búsqueda mezclada con expectativa. También he llegado a adquirirlos en “ventas de garage” o en grupos de ventas que funcionan por Facebook. Actualmente, con la mayor notoriedad del local y dado que se conoce más mi trabajo en Pistacho, me los ofrecen acá o me realizan encargos.

Alguna que otra vez logro conocer la historia que hay detrás de estos muebles. Es fascinante estar en contacto con objetos que guardan sus propias historias y me place hacer posible que continúen su ciclo de vida. Me gusta mi trabajo, lo disfruto, y llego a encariñarme con el resultado final. Incluso, cuando vendo una pieza es como un desprendimiento.

¿Estás proyectando novedades?

Sí. Para el próximo año tengo pensado sacar una línea textil, con diseños míos. Comenzaré con lino y lienzo teñido a mano. Nuestros clientes podrán adquirir una nueva oferta Pistacho de productos con alma, esta vez se trata de tejidos para cabeceras, colchas y fundas nórdicas.

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